Mi querido Valde-Espina: Mientras mi palabra pudo servir de pretexto para comprometer las antiguas libertades del pueblo vasco-navarro, he guardado silencio.
Hoy que el Gobierno de Madrid ha realizado su obra de destrucción, Yo, Rey y Señor de estas nobles provincias, debo recordar que recibí juramento solemne, que me han proclamado y que bajo el Árbol sagrado de Guernica, como en las Juntas de Villafranca, juré guardar sus Fueros, buenos usos y costumbres. Sigue leyendo