Artículo de Luis María de Llauder, firmado en Venecia el 14 de marzo de 1888.
Hace unos días tengo el honor de ser huésped del Palacio de Loredan de Venecia, a donde llama de vez en cuando el augusto Duque de Madrid a sus amigos y servidores leales, ya para endulzar los días largos de expatriación, ya para recibir impresiones directas de su querida Patria, conocer su situación y estudiar sus necesidades, ya para conferir con ellos acerca de sus proyectos, teniendo como tiene conciencia de la alteza de su misión y deseo de mejor acertar en la manera de realizarla. Sigue leyendo